¿Quién es hoy el símbolo de la corrupción y amor desordenado al dinero? Al hacernos esta pregunta nos vienen nombres a la cabeza. Ahora puedes sustituir ese nombre por el de Zaqueo.
Toda palabra de Dios es buena para instruir, amonestar y llamar a conversión. Lo maravilloso de las escrituras es que pueden cumplirse hoy en nuestras vidas. Que nos dicen “algo” a nuestro corazón. Iluminan nuestra existencia en la tierra.
Cuando en las escrituras escuchamos nombres propios inmediatamente pensamos que esa figura bíblica está pasando por situaciones iguales a las que vivimos hoy y por tanto nos ayudan a salir de nuestras crisis y a iluminar nuestra vida.
Por tanto, Zaqueo, como figura bíblica y palabra de Dios de cumple hoy en nuestra vida, ¿en qué se parece Zaqueo a ti? ¿Tiene algo que “decirte” la experiencia de Zaqueo a tu vida? Pues esta es la clave del evangelio de hoy.
Zaqueo es símbolo del corrupto, del perverso, que hombre capaz de hacer cualquier cosa por dinero. Si al pensar en este personaje buscamos en nuestra mente algún individuo de hoy que se le parezca podemos fácilmente saber el nivel de maldad de este caballero. ¡Oh sorpresa! Es a este precisamente que Jesús visita, perdona y ama. Es es un encuentro que cambió totalmente la vida de Zaqueo. ¿Has tenidos alguna experiencia similar?
Somos hombres y mujeres pecadores que necesitamos hacer la experiencia de Zaqueo. Necesitamos hoy sentirnos perdonados y amados por Dios. Jesús es el amor encarnado que nos dice hoy: “Zaqueo baja pronto que HOY conviene que entre en tu casa”. Cambia el nombre de Zaqueo por el tuyo y te darás cuente el inmenso AMOR que Dios te tiene. Abre las puertas de tu corazón a este amor. ¡Ánimo!
Leer:
Texto del Evangelio (Lc 19,1-10): En aquel tiempo, habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa». Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.
Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador». Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo». Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido».