Archivo por meses: mayo 2014

La Paz de Dios

Mis queridos hermanos y hermanas

Los afanes de la vida diaria nos hacen muchas veces perder la tranquilidad, el sosiego; en definitiva, la paz. Pero, ¿en qué consiste esta paz?

Podemos decir que hay dos experiencias de paz en el ser humano. Por un lado, buscamos muchas veces tener paz como sinónimo de ausencia de problemas. Pensamos que alcanzar la paz es lograr que en nuestra vida no haya sufrimientos ni acontecimientos que perturben nuestra tranquilidad. Tantas cosas suceden a diario: discusiones con nuestros familiares, amigos o compañeros de estudio o trabajo, el trabajo para garantizar el sustento diario, una enfermedad, entre otras cosas. La realidad de nuestra vida, es que el sufrimiento es parte de nuestra vida.

La Paz que nos ofrece Dios en Jesús es una paz que no viene de la ausencia de problemas. La Paz es un fruto de Espíritu Santo que nos hace bendecir a Dios en medio de nuestros problemas, sufrimientos, decepciones y luchas. Dios sabe que, como cuando se “poda” un árbol, luego de experimentar y aceptar la vida tal cual se nos presenta, podemos ver crecer nuevos “brotes y ramos” de paz y quietud.

El corazón de un hombre y una mujer que bendice a Dios en todo momento es el corazón de un resucitado, es el corazón de una persona que tiene paz y alegría! Que vive para ser feliz.

Leer:

Jn 14,27-31a:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado.” Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.

Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.»

Vida Eterna para todos

Estamos celebrando la cincuentena Pascual. Un tiempo maravilloso donde podemos vivir la experiencia de la Resurrección. ¿Qué significa esto?

Si vemos el hecho histórico y nos quedamos con que hace aproximadamente 2,000 años vivió un hombre llamado Jesús, en la región que hoy conocemos como Palestina e Israel, y que dicen que fue crucificado y también que resucitó, ¿qué tiene que ver ese dato “histórico” con nosotros?

Precisamente ese es el centro de lo que los Cristianos celebramos en estos días. Que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos para que también nosotros podamos ser partícipes de su resurrección. Jesús mostró en la Cruz la naturaleza de Dios. Dios nos ama! ¿Puede alguien que ama desear la muerte del objeto de su amor? Jamás! Si Cristo está vivo, nosotros también podemos vivir.

Esta es la buena noticia que nos da Jesús. El pasó su vida en este mundo anunciando esto. Dice: “la voluntad de mi Padre es que tengan vida!” Por eso, estar alegres, felices, vivos! Es la condición natural del cristiano.

Es verdad que tenemos dificultades, hoy puede que no estés en tu mejor momento… Yo te digo… Alégrate! Vive! Dios no quiere tu “muerte”. Abre tu corazón a la vida que Él nos quiere dar.

Leer:
Texto del Evangelio (Jn 6,35-40): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día».

Oremos: “Padre, bendito seas siempre, y concédenos experimentar hoy la vida que nos ofreces. AMÉN”

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