Archivo por meses: abril 2014

32do día Retiro Virtual de Cuaresma

Hermano/a

Jesús es aquel que habla con autoridad. Muchas veces, en este mundo que vivimos, la autoridad viene de ocupar un cargo o se impone a las personas. En el caso de Jesús, su autoridad viene de que es QUIEN ES!

Esta integridad absoluta de Jesús, la realidad que encarna plenamente lo que anuncia y hace, es la fuente de su autoridad, de su profecía, de su misión.

Te invito a creer hoy que Dios en Jesucristo ha manifestado su amor pleno. El te ama! Y te invita a participar de su amor.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 7,40-53): En aquel tiempo, muchos entre la gente, que habían escuchado a Jesús, decían: «Éste es verdaderamente el profeta». Otros decían: «Éste es el Cristo». Pero otros replicaban: «¿Acaso va a venir de Galilea el Cristo? ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David?».

Se originó, pues, una disensión entre la gente por causa de Él. Algunos de ellos querían detenerle, pero nadie le echó mano. Los guardias volvieron donde los sumos sacerdotes y los fariseos. Estos les dijeron: «¿Por qué no le habéis traído?». Respondieron los guardias: «Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre». Los fariseos les respondieron: «¿Vosotros también os habéis dejado embaucar? ¿Acaso ha creído en Él algún magistrado o algún fariseo? Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos».

Les dice Nicodemo, que era uno de ellos, el que había ido anteriormente donde Jesús: «¿Acaso nuestra Ley juzga a un hombre sin haberle antes oído y sin saber lo que hace?». Ellos le respondieron: «¿También tú eres de Galilea? Indaga y verás que de Galilea no sale ningún profeta». Y se volvieron cada uno a su casa.

Oremos: “Dios todopoderoso, concédenos reconocer en tu hijo Jesucristo a nuestro Salvador y Mesías. AMÉN”

31er día Retiro Virtual de Cuaresma

Hermano/a

Jesús es un enviado, ¿quién lo envía? Su Padre Dios, ¿para qué lo envía? Para darnos vida!

Nosotros estábamos muertos por nuestros vicios, pecados, sufrimientos, dudas, y maldades. Dios, manifestando su amor, nos envía a Jesús, nuestro Salvador para hacernos experimentar la vida eterna desde aquí, desde ahora. Esta es la fiesta que estamos preparando, la fiesta del amor de Dios, la fiesta de nuestra resurrección en Cristo Jesús.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 7,1-2.10.14.25-30): En aquel tiempo, Jesús estaba en Galilea, y no podía andar por Judea, porque los judíos buscaban matarle. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Después que sus hermanos subieron a la fiesta, entonces Él también subió no manifiestamente, sino de incógnito.

Mediada ya la fiesta, subió Jesús al Templo y se puso a enseñar. Decían algunos de los de Jerusalén: «¿No es a ése a quien quieren matar? Mirad cómo habla con toda libertad y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido de veras las autoridades que éste es el Cristo? Pero éste sabemos de dónde es, mientras que, cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es». Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: «Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que me envió el que es veraz; pero vosotros no le conocéis. Yo le conozco, porque vengo de Él y Él es el que me ha enviado». Querían, pues, detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.

Orar: “Señor Jesús, tu que nos amas y quieres darnos la vida, concedemos tener un corazón dispuesto a hacer tu voluntad. AMÉN”

30mo día Retiro Virtual de Cuaresma

Hermano/a

Todo aquel que es llamado por Dios puede y deber dar testimonio de Él. ¿En qué consiste este testimonio? En que en el Dios podemos ser felices! Podemos tener Vida Eterna!

Cuanto se sufre en esta vida. Enfermedad, vejez, problemas en la familia, en el matrimonio… todo esto tiene sentido y se convierte en algo que puede salvarnos si Él nos libera y nos concede vivir su amor. Esta es la verdad… DIOS NOS AMA!

Leamos:
Texto del Evangelio (Jn 5,31-47): En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido. Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros mandasteis enviados donde Juan, y él dio testimonio de la verdad. No es que yo busque testimonio de un hombre, sino que digo esto para que os salvéis. Él era la lámpara que arde y alumbra y vosotros quisisteis recrearos una hora con su luz. Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. Y el Padre, que me ha enviado, es el que ha dado testimonio de mí. Vosotros no habéis oído nunca su voz, ni habéis visto nunca su rostro, ni habita su palabra en vosotros, porque no creéis al que Él ha enviado.

»Vosotros investigáis las escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida. La gloria no la recibo de los hombres. Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor de Dios.

»Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis. ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza. Porque, si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?».

Oremos: “Dios Padre nuestro, concédenos siempre ser testigos de tu amor. AMÉN!”

29no día Retiro Virtual de Cuaresma

Hermano/a

¿Qué es un Cristiano? Un testigo! Y ¿de qué da testimonio? De qué estaba muerto y ahora vive! Ese es el centro de la Fe cristiana. Somos, por amor de Dios, partícipes de la resurrección de Cristo. Oh maravillosa realidad

Toda la Cuaresma es una preparación para renovar en nuestros corazones esta realidad. Estar en la muerte es no ser feliz, y la causa de nuestra infelicidad es que amamos las cosas terrenales… El desierto de la Cuaresma sirve para dar “muerte” a las cosas terrenales y dar “vida” al hombre del espíritu. Resucitaremos con Él, dice el Señor.

Leamos:

Texto del Evangelio (Jn 5,17-30): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo» Por eso los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios.

Jesús, pues, tomando la palabra, les decía: «En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace Él, eso también lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que Él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas, para que os asombréis. Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado. En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.

»En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo, y le ha dado poder para juzgar, porque es Hijo del hombre. No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y saldrán los que hayan hecho el bien para una resurrección de vida, y los que hayan hecho el mal, para una resurrección de juicio. Y no puedo hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado».

Oremos: “Dios nuestro, concedemos vivir cada día como verdaderos resucitados, que podamos ser hijos tuyos. AMÉN”

28vo día de Retiro Virtual de Cuaresma

Hermano/a

Un hombre con discapacidad centra todas sus esperanzas en la posibilidad de meterse en una piscina de la cual se dice tener poderes curativos. Pero la buena noticia es que Jesús es la nueva piscina donde son sanadas todas nuestras heridas.

Reconocer a Jesús como Señor y Salvador Nuestro, es tener esta experiencia o encuentro personal con Él, con su poder de sanar y perdonar!

Leamos:
Jn 5,1-3.5-16: El agua que sana de la piscina de Betesda. Cristo cura al enfermo en sábado.

En aquel tiempo, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Ésta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:

- «¿Quieres quedar sano?»

El enfermo le contestó:

- «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado.»

Jesús le dice:

- «Levántate, toma tu camilla y echa a andar.»

Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:

- «Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla.»

Él les contestó:

- «El que me ha curado es quien me ha dicho: Toma tu camilla y echa a andar.»

Ellos le preguntaron:

- «¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?»

Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, aprovechando el barullo de aquel sitio, se había alejado. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:

- «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor.»

Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos acosaban a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Oremos: “Dios todopoderoso, concédeme experimentar la fuerza de tu poder sanador y sobretodo, dame la gracia de no pecar más. AMÉN.”