Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón

Hay cosas que realmente no podemos entender. La acción de Dios muchas veces se nos presenta como misteriosa e inescrutable.

Acontecimientos de enfermedad, difamación, calumnia y pecados de personas que esperamos no los cometan, son situaciones que parecen no tener sentido.

María, madre de Jesús y madre nuestra, guarda las cosas en su corazón, ¿qué significa esta actitud?

El silencio, en el sentido cristiano, es un don. En la oración buscamos “silenciar” el mundo para que en este silencio de los sentidos podamos escuchar sólo a Dios. Esa es la clave.

Jesús, siendo niño, está en la “Casa del Padre”. Recuerden lo que dijo luego… “Mi casa es una casa de oración y ustedes la han convertido en una cueva de ladrones”. En esta “Casa del Padre” aprende de los maestros. Contemplan y medita. Hace la voluntad de Dios.

El que ora, siempre acepta y hace la voluntad de Dios. El Hijo, el padre y la madre. Todos hacen la voluntad de Dios. Todos entran en su misterio sabiendo que Dios, siendo bueno, conduce la historia y nos asegura nuestra felicidad.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 2,41-51): Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.

Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando». Él les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.

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