Lázaro y el rico

La vida nos presenta constantemente situaciones en la que debemos optar por dos opciones: ¿me caso o no? ¿Hago esta carrera o esta otra? ¿Acepto esta oferta laboral o no? La preguntas que solo tienen dos respuestas suelen ser las más difíciles y trascendentales de nuestra vida.

La decisión más trascendental de nuestra vida es si queremos seguir el camino del bien o del mal. Algunas pensarán que esto no es difícil y que siempre se elige el bien. Parece ser mas complicado de lo que pensamos. 

Todos queremos ser ricos y triunfar en la vida pero muchas veces en ese camino a la “cima” debemos descuidar  la familia, hacer daño a personas y hasta engañar y maltratar. Muchos hombres y mujeres están dispuestos a todo con tal de hacerse millonario o famoso. Esa es la pura verdad. 

En las enseñanzas de Jesús se nos presentan dos formas de vivir la vida en este mundo. La del rico epulón y la de Lázaro. En el primer caso la conducta que se nos presenta en la de vivir para darnos placer sin importamos el prójimo que padece. Este rico es símbolo de aquellos que eligen servirse de los demás y no servir. De aquellos que viven sin amor y por tanto viven para si. Lázaro, en cambio, es símbolo de aquellos que viven en el perdón y el amor. Que buscan agradar a Dios y no a los hombres. Imagen de aquellos qe hace una opción radical de vida en el desprendimiento de las cosas de este mundo para ganar las del cielo. 

Hermanos y hermanas estamos invitados hoy a elegir el “camino de Lázaro”. Tenemos dos formas de vivir nuestra vida. No hagamos de nuestra vida un egoísmo sin sentido. Vivamos en el amor para que el Amor de Dios nos haga vivir el cielo desde aquí en la tierra.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 16,19-31): En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y un pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.


»Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama’. Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros’. 


»Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento’. Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan’. Él dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán’. Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite’».

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>