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He aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos

Hoy celebramos la “Epifanía del Señor” que quiere decir la manifestación de Dios aquí en la tierra mediante la encarnación de su hijo. ¿Puede este hecho maravilloso guardar relación con nosotros? ¿Qué nos dice esta fiesta a nuestra vida concreta?

Una estrella guió a los “Reyes Magos” de Oriente a donde esta Jesús. Estos “magos” son símbolo de los sabios de este tiempo. Vienen de Oriente, símbolo del paganismo, guiados por una estrella.

Esta estrella es importante. Muchos doctores de la Iglesia han visto en esta estrella al Kerygma, a la Iglesia o a la misma Virgen María que nos llevan a Jesús. TODOS HEMOS TENIDO NUESTRA PROPIA ESTRELLA. Personas, acontecimientos y anuncios que nos han llevado a Jesús.

Nuestra salvación ha nacido humilde y es adorado por los grandes de este tiempo. La estrella nuestra la naturaleza misma de Dios. Nos enseña que Dios nos ama tanto que olmos ha regalado el don mas precioso. Hoy es día de regalos y dones. Conviene alegrarse porque Dios ha estado con nosotros y estará por siempre.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 2,1-12): Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle». En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: ‘Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel’».

Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle».

Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el Niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al Niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.