¿Qué piensas o haces cuando alguien hace algo malo? ¿Se despierta tu justiciero interior y quieres verlo condenado y castigado? Debemos reconocer que muchas veces nos falta la compasión y misericordia.
Dios es misericordioso porque perdona todos nuestros pecados. Nos muestra su amor a través del perdón. ¿Has perdonado a tus enemigos? ¿Sabes excusar los errores de los demás? Si así lo haces serás un verdadero hijo de Dios. ¡Ánimo!
Leer:
Texto del Evangelio (Lc 6,36-38): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».