A quien se le dio mucho, se le reclamará mucho

Todos hemos recibido mucho. El don de la vida y todo lo que ello implica es demostración concreta del gran amor de Dios que se nos ha entregado en abundancia. ¿Cómo debemos responder a estas maravillas de nuestro Señor?

Hay un salmo de la escritura que dice: “levantaré la copa de la bendición”. Esto quiere decir que el Señor, que nos da tanto, espera de nosotros acción de gracias y amor para Él y para todos nuestros prójimos. Esta es la clave de “a quién se le dio mucho, se le exigirá mucho”.

Se nos ha dado MUCHO amor. Dios espera que demos mucho amor. De nos ha dado MUCHO perdón. El Señor espera que perdonemos mucho. Está es la medida con que nos medirán: el Amor.

Te hago una propuesta. Busquemos una persona a la que tengamos que pedir perdón y pongamos en práctica esta palabra. Amemos mucho a los demás, de la misma forma en que Dios nos ha amado en Jesús hasta el extremo de dar la vida por nosotros.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 12,39-48): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre».

Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?». Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles.

»Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más».

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