Anunciación del Señor

Hoy es día de fiesta en medio de esta cuaresma. Alguno puede preguntarse, ¿De qué manera encaja esta fiesta en la austeridad de la cuaresma? 

La virgen María es imagen de todo cristiano. Es casi imposible pensar que se puede emprender un proyecto cristiano sin el “patrocinio” de la virgen María. Ella, con su “si” al anuncio del ángel nos muestra el camino de la cuaresma y por tanto de toda experiencia cristiana.

En este día se celebra la “Anunciación del Señor” y aparecen con fuerza dos figuras. Ciertamente la madre de Jesús y madre nuestra es una protagonista pero en el contexto es bueno mirar a Jesús, siempre centro de toda la escritura.

Jesús es anunciado. Va a nacer de una virgen. Jesús nos promete en esta cuaresma manifestarse de manera extraordinaria en nuestra vida. La cuaresma prepara la Pascua. En el domingo de Resurrección celebraremos el centro de nuestra Fe: la resurrección del Señor y nuestra participación en este importante misterio.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 1,26-38):Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin». 


María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.

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