No resistáis al mal

Uno de los grandes punto diferenciadores de la doctrina cristiana respecto a las demás religiones del mundo es su posición con respecto al enemigo. Si nos preguntáramos cual sería el centro del la buena noticia cristiana es que en Jesús se ha manifestado el amor divino que es capaz de llegar inclusive a amar al enemigo. 

Dios en Jesús nos llama a ser hijos suyos. Ser hijo de Dios es tener su misma naturaleza y esto significa que podemos amar de la misma forma en que Él nos ama y ama a toda la humanidad. ¿En qué consiste este amor?

El amor a Dios se manifiesta en Jesús porque el Señor Jesucristo amó a todos los hombres y mujeres hasta el extremo. No se resistió al mal que le hacían. No juzgó ni condenó. Jesús ha amado al enemigo y nos invita a hacer lo mismo.

¿Cuál es tu enemigo hoy? ¿Quien te está haciendo algún mal? ¡ÁMALE! Y verás que su mal te santificará y a tu enemigo salvará. En el cristianismo no hay venganza ni odio. Solo es posible el amor y un amor en la dimensión de la cruz.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 5,38-42): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda».

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