Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible

Misión imposible es una de las películas más taquilleras de todos los tiempos. La primera versión fue hace ya algunas décadas. Actualmente,Tom Cruise, el gran actor de Hollywood, ya está trabajando en la cuarta parte de la “Misión Imposible” de los últimos años. Hasta una sería de televisión se hizo. ¿Qué tienen que ver estos productos cinematográficos y de televisión con las escrituras?

En estás películas se ven momentos fantásticos, piruetas y saltos por los aires, hazañas asombrosas que difícilmente veríamos en la realidad. Como su título lo indica, sus personajes hacen realidad cosas que humanamente serían imposible.

Dios es el maestro de los imposibles. Que una virgen de a luz un hijo, que un cojo salte de alegría, que un ciego recupere la vista y que un muerto resucite son sólo algunos ejemplos bíblicos que muestran de una manera admirable la potencia de Dios. Su capacidad de hacer posible lo imposible. Pero, ¿qué es lo más maravilloso que puede hacer Dios? ¿Qué es lo imposible más importante que Dios puede hacer posible? El milagro moral.

Hacer que un hombre “nazca de nuevo” escandalizó hasta los sabios del tiempo de Jesús. Los seres humanos son complejos y tenemos formas de ser, temperamentos, mañas, vicios y costumbres difíciles de cambiar. Nos dominan, como dijera San Pablo, “fuerzas que operan en nuestros miembros” que no logramos controlar. Somos pecadores y por consiguiente, apegados a las cosas materiales de este mundo. Hacemos fácilmente un “ídolo” de las cosas creadas por Dios.

La buena noticia es que en Jesús podemos romper con las esclavitudes de nuestra vida. Podemos comenzar de nuevo, ser criaturas nuevas, capaces de amar y dejarlo todo por amor a Dios. Esto, mis queridos hermanos, no lo podemos hacer en nuestras fuerzas.

Una vida llena de entrega y amor al prójimo sólo puede darse en el corazón de alguien que fue tocado por Dios. Esto que es imposible para nosotros es posible para Dios. ¡Ánimo! Sólo en Jesús se puede “hacer lo que nunca se ha hecho”. Amar a nuestro esposo o esposa, hijo o hija, amigos o amiga, e incluso a nuestros enemigos solamente es posible en la inmensa potencia y gracia de nuestro Padre Dios.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 19,23-30): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos». Al oír esto, los discípulos, llenos de asombro, decían: «Entonces, ¿quién se podrá salvar?». Jesús, mirándolos fijamente, dijo: «Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible».

Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?». Jesús les dijo: «Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros».

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