Señor, enséñanos a orar

Si hay algo propio de un cristiano es la oración. Un hombre o mujer en busca de Dios lo primero que tiene que hacer es orar incesantemente. La oración es la vía o camino que pueda conducirnos a un encuentro personal y profundo con Dios.

Jesús se pasaba el día en oración. Cumplía con lo que le fue trasmitido de pequeño y además pasaba largas horas orando a solas. Sus discípulos al verlo querían hacer lo mismo. Su ejemplo les inspiraba. Sabían muy bien que si su maestro lo hacía era bueno.

La oración no es repetir como papagayos unas fórmulas sin pensar en lo que decimos. La oración es encuentro de comunión con Dios donde estamos afirmando nuestra disposición de hacer la voluntad de Él.

El que hace oración es lo suficientemente humilde como para reconocer que está necesitado del que todo lo puede. Reconoce en Dios a su Padre que le cuida y proteje. Está dispuesto a hacer la voluntad de Dios.

¡Hoy en día de oración! ¡Ánimo! Solo así seremos felices.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 11,1-4): Sucedió que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación».

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>