Siempre buscamos reconocimiento. Cuando hacemos algo, queremos que las personas que nos rodean lo valoren y nos agradezcan. Nuestros padres dicen que han hecho muchísimo por nosotros, nuestros hijos nos reclaman tiempo y atención, nuestros compañeros de trabajo nos animan reconocer lo “fajao” que están todo el tiempo. ¿Qué dice Jesús?
Es cierto que hacer el bien es cumplir la voluntad de Dios, pero nuestro propósito con eso es precisamente realizar las obras de nuestro Señor. Jamás debemos buscar construir nuestra imagen y gloria sobre la base de lo santo y bueno que viene de lo alto.
Un catequista, sacerdote, monja o trabajador social debe hacer su labor en la gratuidad y humildad. Sabiendo que si algo bueno hace es por pura gracia divina. Siervos inútiles solo TODOS. ¡Ánimo!
Leer:
Texto del Evangelio (Lc 17,7-10): En aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la mesa?’. ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’. ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: ‘Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer’».