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En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre

Para reconocer que Jesús es Mesías y salvador es necesario tener el Espíritu Santo. Necesitamos una asistencia de lo alto para acoger en nuestro corazón al Señor. Muchos santos pedían en sus oraciones a Dios que les diera también la disposición de hacer su voluntad. Es decir, que necesitamos hasta para desear las cosas divinas la ayuda de nuestro Padre Dios.

Hoy también necesitamos la asistencia de lo alto. Con los problem que se nos presentan día a día necesitamos de alguien que nos conozca profundamente y sepa lo que realmente necesitamos. Solo Dios nos conoce profundamente. Solo Él puede dar respuesta a todos nuestros anhelos y esperanzas.

En este tiempo de navidad celebremos que Dios siéndote está con nosotros. Alegrémonos de que nuestro Padre celestial siempre quiere habitar en nuestros corazones. Él quiere estar siempre cercano haciéndonos experimentar su amor. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 1,43-51): En aquel tiempo, Jesús quiso partir para Galilea. Se encuentra con Felipe y le dice: «Sígueme». Felipe era de Bestsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro. Felipe se encuentra con Natanael y le dice: «Ése del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret». Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?». Le dice Felipe: «Ven y lo verás».

Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?». Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Ven y lo verás

Dios nos conoce profundamente. Nos ha elegido desde antes de nacer. Nos tiene destinado un futuro maravilloso. Nos ha elegido para ser felices.

El problema es que muchas veces no creemos eso. Observamos la historia y nos parece que no va bien. Nuestra razón nos dice que no puede haber amor de Dios sin que las cosas nos salgan exactamente como queremos. Eso es un tremendo error.

El Señor nos invita a tener una mirada de Fe. Nuestro Jesús nos muestra su amor al reconocernos como sus hijos. Nos invita seguirle para que podamos gustar su misericordia. Nunca dudes de su amor.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 1,45-51): En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: «Ése del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret». Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?». Le dice Felipe: «Ven y lo verás». Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?». Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Ven y lo verás

Muchos de nosotros tenemos en algún momento de nuestra vida crisis de Fe. Nos entran dudas. Los acontecimientos adversos nos hacen pensar que Dios no tiene poder para solucionar nuestros problemas concretos.

Es por esto importante que todos los días reafirmemos cada día nuestro compromiso de Fe. Reconocer cada día que el “hijo del carpintero” es realmente hijo de Dios y nuestro salvador.

Dios nos ama y conoce. Sabe que “debajo de la Higuera” encontramos su amor. Que en la liturgia, la palabra y el amor de los hermanos y hermanas podemos descubrir el inmenso don de su Salvación.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 1,45-51): En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: «Ése del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret». Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?». Le dice Felipe: «Ven y lo verás». Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?». Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».