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No he encontrado en nadie una fe tan grande

¿Qué es la Fe? Ayer estaba con mi familia en el interior “dando un pésame” como decimos los dominicanos y tuvimos la grata experiencia de escuchar el testimonio de un familiar que había hecho un encuentro personal con Jesús a través de un “Seminario de Vida en el Espíritu”. Su experiencia de Dios era viva, alegre y “resucitadora”. Una verdadera explosión de presencia divina en su familia y vida. Eso es la Fe.

La Fe adulta o simplemente, la Fe cristiana es la experiencia de Dios que se traduce en una vida llena de hechos y testimonio vivo. ¿Cuántos de nosotros podemos dar razón de nuestra Fe? ¿Cuántos podemos contar nuestra experiencia de un Dios Vivo que ha actuado, actúa y actuará siempre en nuestra vida?

En el evangelio hay un centurión que pide un favor a Jesús. Él, seguro de lo que pide, está seguro de que Jesús puede ayudarle. Salvar a hijo de la muerte es lo mas importante y el sabe que solo el Señor lo puede hacer. Tiene Fe no solamente porque cree. Tiene Fe porque sabe, por experiencia, que Jesús tiene poder de salvarlo y seguro que la hará. Mis queridos hermanos y hermanas, eso es la Fe.

Celebremos hoy nuestra Fe. Recordemos todos los bellos momentos donde ha actuado Jesús con potencia en nuestras vidas. El salva y quiere salvar. Seamos testigos de las maravillas de nuestro Padre Dios.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 8,5-11): En aquel tiempo, habiendo entrado Jesús en Cafarnaún, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos». Dícele Jesús: «Yo iré a curarle». Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: ‘Vete’, y va; y a otro: ‘Ven’, y viene; y a mi siervo: ‘Haz esto’, y lo hace».

Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos».