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Maestro, bueno es estarnos aquí

Ciertamente es bueno estar con el Señor. Estar en su presencia es una bendición. La oración nos permite estar en comunicación constante con nuestro creador y Señor.

El Señor es verdaderamente hijo de Dios, con la misma naturaleza que el padre. Y la buena noticia es que nos quiere dar participación de su misma naturaleza. Con su transfiguración nos anuncia nuestra propia transfiguración que nos permite amar a todos especialmente a aquellos que nos hacen algún mal.

Seremos transfigurados en el amor. Un amor que nos reconciliará con todos y con todo. Esto lo hará el Señor. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 9,28-36): En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con Él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con Él. Y sucedió que, al separarse ellos de Él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle». Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.