Es cierto que mucho que leen estas palabras están activos en la Iglesia. De hecho, podemos presumir diciendo que somos tal o cual cosa en la estructura eclesial. La pregunta sería, ¿esto es realmente más importante que la conversión?
Me explico. Podemos pensar que eso es ser cristiano. Hacer algunos actos buenos y servir en la Iglesia. Jesús dice lo contrario. De hecho, al escuchar que su madre quería verlo, aprovechó la ocasión para decirle a sus discípulos que la filiación divina viene dado a aquellos que ponen en práctica su palabra. Y, ¿cuál es esta palabra? El amor.
Hermanos y hermanas. Hoy estamos llamados a amar como Cristo nos amó, es decir, perdonando y amando a todos incluyendo nuestros enemigos. Este es el camino de la santidad de Dios. ¡Ánimo!
Leer:
Texto del Evangelio (Lc 8,19-21): En aquel tiempo, se presentaron la madre y los hermanos de Jesús donde Él estaba, pero no podían llegar hasta Él a causa de la gente. Le anunciaron: «Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte». Pero Él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».