¿Creéis que puedo hacer eso?

Los milagros físicos son un acto de misericordia de Dios. Ciertamente el Señor ve el sufrimiento y lo alivia. Pero el propósito supremo de los prodigios obrados por Jesús es suscitar en nosotros la Fe.

¿De qué nos sirve estar en la vida sano y sin ningún padecimiento si estamos perdiendo la vida y la felicidad? Ese es el centro del mensaje evangélico. Dios en Jesús viene a mostrarnos una manera más sublime de amor. Abramos nuestro corazón al Señor para que este milagro de amor se de en nosotros. 

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 9,27-31): Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!». Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?». Dícenle: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe». Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!». Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.

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