El que cree en el Hijo tiene vida eterna

Hay cosas en la vida que nos pone en una perspectiva diferente. Acontecimientos nos suceden y cambian nuestra vida. La muerte de una persona cercana, un accidente, el nacimiento de un hijo o un nuevo trabajo son eventos que nos pasan qe pueden cambiar el rumbo de nuestra existencia de una forma radical. La resurrección también lo es.

Los apóstoles estaban temerosos, asustados y sin esperanza. Miraban la situación y sentían el mismo vacío que siente alguien que pierde a un padre. Estaba como huérfanos. Habían perdido la esperanza. Estaban viviendo “según la carne”. Estaban mirando “las cosas de la tierra y no las del cielo”.

Hoy es un buen día para alzar nuestra mirada. El Señor nos incita a “ser celestes”. Creer en Jesús implica asumir una postura ante la vida. Ya no hay llanto, ni luto, ni pesar: RESUCITÓ. La resurrección produce en tu Vida Eterna, ¿la quieres? Pues deja de mirarte el ombligo y contempla hoy el amor de Dios.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 3,31-36):El que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo, da testimonio de lo que ha visto y oído, y su testimonio nadie lo acepta. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>