El que tenga oídos, que oiga

El Señor habló en parábolas. Hoy muchas de ellas nos parecen extrañas y hasta difíciles de entender. Algunas las explicó Jesús a sus discípulos otras se quedan a la interpretación de la exégesis moderna. ¿Por qué Jesús utilizó ese recurso con tanta frecuencia? 

Los que escuchar al Señor lo hacen desde diversas posturas o actitudes. Los hay con buena intención y con deseo sincero de encontrar a Dios en las palabras y acciones de Jesús. Otros en cambio, buscan otra cosa. Es por eso que las parábolas buscan siempre oídos que quiera escuchar con sincero arrepentimiento y amor. ¿Tú estás en esta actitud hoy?

Dios también hoy nos habla día a día. Ha llegado el momento de escucharle. Busquemos a nuestro amado Dios en los pequeños detalles de nuestra vida. Hay está presente, nos habla y quiere que podamos escucharle.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 13,1-9): En aquel tiempo, salió Jesús de casa y se sentó a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a Él, que hubo de subir a sentarse en una barca, y toda la gente quedaba en la ribera. Y les habló muchas cosas en parábolas. Decía: «Una vez salió un sembrador a sembrar. Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino; vinieron las aves y se las comieron. Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura de tierra; pero en cuanto salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron. Otras cayeron entre abrojos; crecieron los abrojos y las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. El que tenga oídos, que oiga».

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>