Una señal pide, y no se le dará otra señal que la señal del profeta Jonás

Cuando dos jóvenes están en las “tratativas”… en buen dominicano, se están “conociendo”, es común que una de las partes le pida a la otra una “señal”, es decir, una prueba de su amor.

Los seres humanos nos vemos inclinados casi siempre a buscar señales que prueben la existencia o presencia de cosas que no vemos. Nos cuesta trabajo, a veces, creer en lo que no podemos tocar o ver.

En las escrituras vemos a escribas y fariseos pedir señales. Alguno de nosotros, a partir de la mentalidad actual, puede interpretar esta pregunta como un desafío hecho a Jesús pero te invito a mirarlo desde otra perspectiva.

Estos maestros de la ley tenían unos esquemas y expectativas muy particulares de lo que debería ser el Mesías prometido. Esperaban un Salvador de Israel que le hiciera justicia contra sus enemigos y restaurara la gloria del templo y la ley de Dios. Esto nos parece algo hasta natural y normal.

Pero entonces, ¿cuál es el sentido de la reacción o respuesta que da Jesús? En que Jesús insiste en que no viene a realizar el esquema “mesiánico” particular de estos hombres eruditos de la ley. Jesús es otra cosa, viene a realizar su misión de una forma distinta.

Muchos de nosotros pecamos o hemos pecado de la misma manera. Pensamos que Jesús es una especie de mago en una “lámpara mágica” que al frotarla nos concederá todos los deseos que le pidamos. Creemos que las señales que demuestran que Jesús es verdaderamente un Mesías para nosotros son los “milagros físicos” que puede hacer en nuestro favor: que nos cambie la mujer o el marido, que nos quite la chicungunya (que no estaría nada mal), que cambie la forma de ser del jefe o un compañero de trabajo que nos cae mal; en fin, que nos cambie la historia.

Lo maravilloso de esta lectura es que Jesús nos da otro tipo de señal. Nos dice: “Yo soy uno que muere por tí y a los tres días resucito por tí”, esta es la señal de Jonás, esta es la señal de AMOR infinito que Jesús nos tiene y en este amor todo lo demás tiene sentido y es signo de resurrección.

Mis queridos hermanos y hermanas, la resurrección es la “señal” que nos demuestra que hoy podemos ¡VIVIR! porque Él nos ama y si esto es verdad, todo lo que nos pasa y puede pasar es signo de su amor.

¡Ánimo! Te basta con esta señal, ¡te basta con su amor!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 12,38-42): En aquel tiempo, le interpelaron algunos escribas y fariseos: «Maestro, queremos ver una señal hecha por ti». Mas Él les respondió: «¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide, y no se le dará otra señal que la señal del profeta Jonás. Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón».

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