¿A qué compararé el Reino de Dios?

El reino de Dios es semejante a un grupo de personas, que no conocen entre sí, que hacen Jonás catequesis en una parroquia e inician un proceso de renovación de las promesas bautismales. Ellos son unos grandes pecadores, llenos de egoísmos, soberbias y lujurias.

Al principio de pelean y manifiestan sus debilidades, pero poco a poco, por la gracia a Dios, van descubriendo quiénes son y experimentando el perdón y el amor de Dios. Sin darse cuenta y sin esfuerzos humanos, se van amando, perdonando y queriendo. Siguen siendo precarios en lo espiritual, pero algo ya es diferente: aprendieron a apoyarse en el Señor.

Al transcurrir los años se casan entre ellos porque quieren hacer la voluntad de Dios. Algunos renuncian al matrimonio para ser misioneros donde el Señor les indique. Los matrimonios se abren a la vida y están dispuesto a partir también en misión. Las chicas se mantienen en castidad. Poco a poco empiezan a ser sal, luz y fermento d ella tierra en sus trabajos. Al final terminan amándose en una nueva dimensión, la dimensión de la Cruz y tienen una comunión que viene del cielo. Ésto mis hermanos es el Reino de Dios aquí es la tierra: una comunidad cristiana. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 13,18-21): En aquel tiempo, Jesús decía: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas». Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo».

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