Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado

Dios, en este adviento, nos llama a conversión. El Amor divino no se impone. Es preciso que acoja con total libertad. Es por eso que se nos invita a convertirnos, nunca se nos obliga.

Los tiempos litúrgicos existen para ayudarnos a vivir los miestrios de nuestra salvación. En el adviento se subraya la escatología. Es decir, se nos invita a poner nuestro corazón en la realidad celestes. Para eso, es preciso que acogamos al Señor en nuestro corazón. Esa es la clave de este tiempo. Acoger a Dios en nuestros corazones.

Pidamos a Dios que tengamos la humildad de reconocernos pecadores y necesitados de la ayuda divina. Es tiempo de conversión. Es tiempo de adviento.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,13-19): En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: «¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no os habéis lamentado’. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: ‘Demonio tiene’. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras».

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