¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz?

La paz que viene de Dios no es un acuerdo diplomático entre las partes. Tampoco es fruto de negociaciones y pactos. La paz que viene de lo alto es una consecuencia de hacer la voluntad de Dios. Nada ni nadie puede separarnos de su proyecto de amor.

Es por eso, que podemos tener “guerra” entre nosotros cuando por hacer la voluntad de Dios un joven se va al seminario para ser sacerdote,
Una chica se va de misión aun en contra de la voluntad de sus padres o una persona vende todo y lo da a los pobres ante el escándalo de muchos.

La paz divina puede darse en medio del sufrimiento, la prueba y la persecución. De hecho, es precisamente en medio de esa situación donde más y mejor brilla la naturaleza divina en nosotros. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 12,49-53): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».

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