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Hizo como el Ángel del Señor le había mandado

José es prototipo de todo hombre justo y bueno. Es lo que en buen dominicano podríamos decir “ese es un tronco de hombre” o “ese si es bueno”. En los momentos difíciles, siempre actuó por amor y al servicio de su amada esposa y de su hijo. José es todo un ejemplo a seguir.

Si leemos los evangelios nos damos cuenta de un José silencioso y siempre disponible. Al comienzo duda pero siempre obedece. Defiende el honor de María. Protege a su familia en peligro. Trabaja con amor para mantenerlos. Cumple fielmente con la ley de Dios y enseña a Jesús que los más importante es cumplirla. Es decir, José hoy nos dice mucho a los hombre, padres y esposos, de hoy.

Vivimos en una cultura donde lo que es ser “hombre hombre…” como dice Tubérculo Gourmet es ser mujeriego, delegar la educación de los hijos en la madre y tener varios hijos con madre diferentes. Esto no es el camino de José.

¡Hombres! Hoy José nos invita a seguir su ejemplo. En Jesús podemos ver que siendo hijo de Dios también supo ser hijo de hombre. Que sabiendo lo que era amo y obedeció a José. El Señor quiere que seamos para nuestra esposa e hijos como José fue para los suyos. Este es el camino de la felicidad y de la bendición.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 1,16.18-21.24a): Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. 


Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados». Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado.

Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham

Era muy importante en la cultura antigua la descendencia. Saber quien era tu padre o abuelo; es decir, a que dinastía pertenecías determinaba tu presente o futuro.

Aún en el pasado reciente, decir que eras de los “Martinez” de Santiago era algo que merecía la pena saber. Eso le daba el indicativo al que lo preguntaba de si una persona venía de “buena familia”.

¿Cuál es la “descendencia” a la que Dios quiere que pertenezcamos? A la misma de su Hijo Jesús. Estamos siendo llamados por Dios a ser hijos suyos. Hijos de Dios y coherederos de Cristo es nuestra vocación. Esta filiación divina se da por gracia. Se da como un don gratuito.

Oremos en el día de hoy para que esta naturaleza de hijos se haga realidad cada vez más en nuestra vida.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 1,1-17): Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naassón, Naassón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé, Jesé engendró al rey David.

David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia.

Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.