La mayor parte de la humanidad cree en la existencia de Dios. La inmensa mayoría piensa que somos seres creados por un ser divino. Esto significa que nuestro origen y fin solo puede entenderse en función de la Fe en un Dios que nos creó.
Jesús nos ha hecho hermanos suyos e hijos adoptivos de Dios. ¿Cómo podemos ser verdaderos hijos de Dios? Si amamos como Dios ama. Esa es la clave. Y ¿cómo ama Dios? Dios ama al enemigo.
En Jesús, Dios ha mostrado su amor. Jesucristo en la cruz ha amado a sus enemigos, ha pedido perdón al Dios Padre por los pecados de quienes le asesinaban. Amar el enemigo es romper con los círculos de odios y rencores.
¿Tú estás dispuesto a amar a tus enemigos? ¿Estás dispuesto a perdonar y orar por aquellos que te hacen el mal? Si aceptas, entonces serás hijo de Dios y serás feliz como nadie en este mundo.
Leer:
Texto del Evangelio (Mt 5,43-48): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial».