El que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios

Una de las principales dificultades que tenemos para ser santos es que no creemos que esto sea posible. Nos parece imposible hacer o dar cumplimiento a todo lo que el evangelio dice que debemos ser como cristianos. ¿Esto es verdad?

Si, mis queridos hermanos y hermanas, es verdad. Es imposible para nuestras fuerzas ser cristianos a la altura de la exigencia evangélica. La buena noticia es que esto jamás será fruto de nuestro esfuerzo.

La clave del anuncio del Ángel a María es que ella, siendo virgen, dará a luz un hijo por el poder de Dios. Es decir, para ella es imposible salir embarazada si “no ha conocido varón” pero para Dios todo es posible.

¡Ánimo! ¿Cuales son tus imposibles? Pues en el poder de Dios pueden ser posibles siempre que hagan nacer en ti al hijo de Dios, te hagan ser santo.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 1,26-38): En aquel tiempo, fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 
Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin». María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.

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