Porque mi yugo es suave y mi carga ligera

Hemos dicho muchas veces que el sufrimiento es parte de la vida humana. No es posible vivir en esta tierra sin experimentar en algún momento momentos adversos, difíciles y que provocan dolor o angustia. En esos momentos dudamos de todo. Pensamos que Dios es algún tipo de ser injusto porque debería evitar esas cosas. Pensar así es no entender a Dios y su mensaje de amor.

Dios ha enviado a su único hijo Jesús para precisamente dar alivio y sentido al sufrimiento. Él se ha encarnado en la humildad y pobreza para mostrar que la felicidad no viene de una vida cómoda y burguesa. La vida y la alegría es fruto de la aceptación amorosa del amor de Dios y su voluntad.

Hoy tienes la oportunidad de dejar tu carga y tus sufrimientos en manos de Jesús. Él quiere que descanses en sus manos de amor. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

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