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Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso

¡Descanso! Eso lo queremos todos. Estamos como peregrinado en un valle de lágrimas. Nos enfrentamos todos los días con tantos desafíos y problemas. En algunas ocasiones nos levantamos y pensamos que no vamos a poder enfrentar el día a día, ¿Quién podrá ayudarnos?

¡Ánimo! Por favor, no desfallezcamos. Nuestro Jesús viene en nuestra ayuda. Hoy se hará presente y dará sentido a nuestra vida. Nos consolará y aliviará la carga. Nos hará ver que su yugo es suave, que el sufrimiento no los mata y que podemos vivir eternamente. ¡Dios te ama! ¡Nunca lo dudes!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón

¡Descansa! Eso es lo que quiere Dios. Estamos todo ansiosos y fatigados. Un mundo como en el que vivimos nos ofrece trabajo, esfuerzo y tensiones. ¿Qué nos ofrece Jesús? DESCANSO.

Nuestro Dios no se queda indiferente ante nuestras preocupaciones y situaciones. Nos ofrece un camino de paz y amor. ¿Quieres vivirlo? ¡Búscalo! Él quiere que lo encuentres en todo y en todos.Dios nos ama y quiere nuestra felicidad. Esa es la clave del descanso en el Señor.¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Yo os daré descanso

Hoy en día estamos llenos de complicaciones y ocupaciones. Son muchas las preocupaciones y temas que ocupan nuestra mente. Dicen que la epidemia del siglo XXI es el stress. ¿En donde podemos encontrar descanso?

El Señor, como verdadero buen pastor, nos acoge con amor. Nos promete descansar a la manera cristiana: en la cruz.l

La verdadera paz y tranquilidad la encontramos en la aceptación humilde y sincera de la propia historia y los acontecimientos diarios. El reposo viene cuando reconocemos que todo nos viene de Dios como una bendición. El cristiano vive plenamente en la alegría de saber que todo obra para bien. ¿Estás dispuesto? Abre tu corazón al Espíritu Santo que gime en nuestro interior: ¡Abba! Padre.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza

¿Cuáles son las condiciones para seguir a Jesús? En el evangelio, en varias ocasiones el mismo Señor dejó bien claro lo que implicaba seguirle. Para un lector de este tiempo parecerían cosas exageradas y fuera de sentido común. ¿Quién dejaría todo para seguir a alguien que no tiene donde descansar?

Es importante entender las palabras del Señor. Dios da felicidad plena a todos los que renuncian a los apegos y relaciones desordenadas que muchas veces tenemos con las cosas de este mundo. Todo pasa. Las cosas nacen, crecen, se reproducen y mueren. Lo único seguro es Dios y el cielo que tiene preparado para nosotros. Es en este sentido que podemos entender que aquí no tendremos morada definitiva ni lugar donde encontrar felicidad verdadera.

¡Ánimo! Pongamos nuestra confianza solo Dios y tendremos la vida eterna que colma toda aspiración y anhelo.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 9,57-62): En aquel tiempo, mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro dijo: «Sígueme». El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa». Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».

Porque mi yugo es suave y mi carga ligera

Hay momentos de ternura en las escrituras. Palabras que llenan de paz y esperanza. Mensajes del Señor que reconfortan y nos hacen sentir bien.

El Señor no quiere que estemos en angustias permanentes. Él quiere que hoy sepas que conoce muy bien tu situación y sufrimientos. Sabe por lo que estás pasando y nunca te deja solo. 

El vino al mundo para traernos descanso y reposo. Nos invita a ser humilde y no desesperar. A reconocer que necesitamos de Dios. Qué hay cosas que escapan a nuestras fuerzas o deseos pero en todo está el Señor.

¡Ánimo! No estés triste. Viene el Señor a tu vida y te libra de todas tus angustias.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Porque mi yugo es suave y mi carga ligera

Hemos dicho muchas veces que el sufrimiento es parte de la vida humana. No es posible vivir en esta tierra sin experimentar en algún momento momentos adversos, difíciles y que provocan dolor o angustia. En esos momentos dudamos de todo. Pensamos que Dios es algún tipo de ser injusto porque debería evitar esas cosas. Pensar así es no entender a Dios y su mensaje de amor.

Dios ha enviado a su único hijo Jesús para precisamente dar alivio y sentido al sufrimiento. Él se ha encarnado en la humildad y pobreza para mostrar que la felicidad no viene de una vida cómoda y burguesa. La vida y la alegría es fruto de la aceptación amorosa del amor de Dios y su voluntad.

Hoy tienes la oportunidad de dejar tu carga y tus sufrimientos en manos de Jesús. Él quiere que descanses en sus manos de amor. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados

En muchos momentos estamos en baja. Esto quiere decir que nuestro estado de ánimo se muestra apático y depresivo. Nos parece que las cosas de la vida no nos llenan o que hay cosas que no funcionan como quisiéramos. En palabras evangélica nos sentimos “cansados y agobiados”.

Jesús nos dice que él entiende muy bien nuestros problemas. Recuerda que Él vivió en nuestra tierra y pasó todas las cosas que un ser humano puede pasar hasta la muerte en la cruz. 

Nuestro Señor te entiende muy bien y quiere ayudarte. El quiere que sepas que te ofrece descanso y paz. Su amor es más grande que todo en esta tierra.  Y puedes sentirte amado o amada en Él.
Abre tu corazón al amor de Dios y siente su paz y descanso.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Yo os daré descanso

Estamos viviendo días de sobresaltos y tensiones. El “stress” es la enfermedad del nuevo milenio. Experimentamos afán sin descanso. ¿Qué nos dice Dios al respecto?

Jesús ha venido al mundo para traer paz. Es una maravillosa noticia saber que estas “cargas” de la vida diaria son más ligeras cuando las vivimos según Dios. ¿En qué consiste eso?

Descansar es aceptar la historia de vida, descubrir que los acontecimientos diarios son una bendición y tener la seguridad de que nuestro Dios es bueno y siempre cuida de nosotros.

¡Celebra la vida! El Señor viene a darte el descanso que tanto necesitas. Él es nuestro “lecho de amor” donde podemos descansar de nuestras fatigas y ocupaciones.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Hallaréis descanso para vuestras almas

El descanso es símbolo de felicidad. ¿Cuánto agobio llevamos en la vida? El trabajo, los padres, los hijos, los estudios, las situaciones de sufrimiento o enfermedad, los objetivos por lograr, en fin, todo supone muchas veces intranquilidad y tensión.

La buena notica es que hoy tenemos a alguien que puede darnos el ¡DESCANSO! Paz, quietud, tranquilidad en medio de la “tormenta de la vida”. ¿Te lo crees? ¡Ánimo! Él te ama y te introduce HOY en el descanso de su amor que da sentido a toda nuestra vida. DESCANSA, todo saldrá bien, porque nuestro Dios nos ama y nos amará siempre.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».