Hay momentos de ternura en las escrituras. Palabras que llenan de paz y esperanza. Mensajes del Señor que reconfortan y nos hacen sentir bien.
El Señor no quiere que estemos en angustias permanentes. Él quiere que hoy sepas que conoce muy bien tu situación y sufrimientos. Sabe por lo que estás pasando y nunca te deja solo.
El vino al mundo para traernos descanso y reposo. Nos invita a ser humilde y no desesperar. A reconocer que necesitamos de Dios. Qué hay cosas que escapan a nuestras fuerzas o deseos pero en todo está el Señor.
¡Ánimo! No estés triste. Viene el Señor a tu vida y te libra de todas tus angustias.
Leer:
Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».