Archivo de la etiqueta: consuelo

Y comieron todos hasta que quedaron satisfechos

En algún momento de nuestra vida todos hemos tenido algún momento de sufrimientos o desesperación. Nos sentimos solos y necesitamos de ayuda. Cristo no se queda ajeno a esta realidad. ¡Todo lo contrario!

Jesús se hizo hombre para salvarnos a todos. ¿De qué necesitamos ser salvados? Precisamente de todo aquellos que nos lleva a la muerte. Nuestro Salvador provee alimento que sacia todas nuestras necesidades. Ese es el centro de nuestra Fe, el centro del cristianismo.

Esperemos la fiesta del Bautismo del Señor en la seguridad de que Dios provee siemore para nosotros el alimento de su amor. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 6, 34-44): En aquel tiempo, vio Jesús una gran multitud y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tienen pastor, y comenzó a enseñarles muchas cosas. Y como fuese muy tarde, se llegaron a Él sus discípulos y le dijeron: «Este lugar es desierto y la hora es ya pasada; despídelos para que vayan a las granjas y aldeas de la comarca a comprar de comer». Y Él les respondió y dijo: «Dadles vosotros de comer». Y le dijeron: «¿Es que vamos a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?». Él les contestó: «¿Cuántos panes tenéis? Id a verlo». Y habiéndolo visto, dicen: «Cinco, y dos peces».

Entonces les mandó que se acomodaran todos por grupos de comensales sobre la hierba verde. Y se sentaron en grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces y levantando los ojos al cielo, bendijo, partió los panes y los dio a sus discípulos para que los distribuyesen; también partió los dos peces para todos. Y comieron todos hasta que quedaron satisfechos. Y recogieron doce cestas llenas de los trozos que sobraron de los panes y de los peces. Los que comieron eran cinco mil hombres.

Porque mi yugo es suave y mi carga ligera

Hay momentos de ternura en las escrituras. Palabras que llenan de paz y esperanza. Mensajes del Señor que reconfortan y nos hacen sentir bien.

El Señor no quiere que estemos en angustias permanentes. Él quiere que hoy sepas que conoce muy bien tu situación y sufrimientos. Sabe por lo que estás pasando y nunca te deja solo. 

El vino al mundo para traernos descanso y reposo. Nos invita a ser humilde y no desesperar. A reconocer que necesitamos de Dios. Qué hay cosas que escapan a nuestras fuerzas o deseos pero en todo está el Señor.

¡Ánimo! No estés triste. Viene el Señor a tu vida y te libra de todas tus angustias.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella

El Señor nos ha dado mucho. Cada vez que aparece en la vida de una persona le sana de todas sus dolencias.m y expulsa los demonios que le tienen atormentado. ¿Cuáles son estas realidades?

Aunque no tengamos alguna enfermedad concreta o no padezcamos de los signos de posesion demoníaca, podemos tener enfermedades espirituales y además esclavitudes psíquicas y vicios que no podemos vencer.

En Jesús podemos encontrar consuelo y alivio a todos nuestros males. El tiene poder para sanarnos. Su amor lo cura y lo alivia todo. ¡Ánimo! El Señor te ama ciertamente.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 9,32-38): En aquel tiempo, le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel». Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios». 
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».

Os dejo la paz, mi paz os doy

 Qué maravillosa es la escritura que contiene el mensaje de nuestro Señor para nosotros. Jesús habla a sus discípulos y les da un mensaje de paz y amor.

Hoy, ¿tú corazón está turbado? ¿Te sientes preocupado o cansado? ¿Sientes que algo te falta o que tu vida podría ser mejor? En el Señor podemos encontrar descanso, paz y consuelo.

El centro del mensaje de nuestro Dios es que Él nos ama y quiere que seamos verdaderamente felices. ¡Ánimo! Ha llegado el momento de que te lo puedas creer.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 14,27-31a): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado».