Hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola

La vida se complica cada vez más. En la medida que los avances científicos y tecnológicos inundan el planeta, la existencia humana se llena de complicaciones, tareas y activismo crónico. ¿Qué se puede hacer en este sentido?

Jesús nos ofrece el ejemplo de dos personas que quería mucho: Marta y María. Marta es ejemplo del mundo y sus preocupaciones. La mente y el cuerpo del hombre y la mujer del siglo XXI vive ocupado de muchas cosas. Ciertamente son todas muy importantes. Pero hay algo mucho más importante. 

Dice Jesús que hay necesidad de una sola cosa, y esto es el Amor. María ha elegido contemplar el amor de Dios en su vida. Esto no quiere decir que María se fue al convento a pasar su vida en oración. Lo que significa es que ha elegido contemplar el amor de Dios en todos los detalles, grandes o pequeños, que ocurren en su vida a diario. Está continuamente a los pies del Señor, en actitud contemplativa, descubriéndole presente en todo. Dios nos llama a hacer lo mismo que María. Una sola cosa es necesaria y es contemplar el Amor de Dios.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 10,38-42): En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada».

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