Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna

La obra de Dios es que todos podamos alimentarnos bien, ¿suena rara esta afirmación? Veamos.

Si hay algo que los líderes de todo tipo y sobre todo los políticos es que para mantener contento al pueblo es necesario satisfacer sus necesidades básicas. “Pan y circo” era una máxima romana que significaba que para mantener a un pueblo satisfecho era necesario darle entretenimiento y mantener su barriga llena. 

Muchos seguían a Jesús no porque quería convertirse o poner en práctica sus enseñanzas. Le buscaban porque les solucionaba sus problemas concretos. Les sanaba de sus padecimientos físicos o les daba de comer pan y peces. Buscaban una solución terrenal a sus problemas. Jesús desde el primer momento aclara la cuestión.

Les dijo que el motivo de su misión era que todos tuvieran Vida Eterna. Que a pesar de los Milagros físicos que realizaba quería hacer el milagro mas grande que era el moral, el espiritual.

Aquellos que tuvieran el corazón herido, que su vida no tuviera sentido o simplemente buscaban algo mejor en sus vidas, podían acercarse y descubrir en Jesús la fuente de agua viva que brota para la vida eterna.

Tomemos el alimento que viene del cielo. Reconozcamos el amor de Dios que se manifiesta en nuestra vida con hechos concretos. ¡Ánimo! Dios nos ama y quiere que VIVAS.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 6,22-29):Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos le vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar, vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había montado en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado solos. Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían comido pan. Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. 


Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello». Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para realizar las obras de Dios?». Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado».

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