¡Dichosos los ojos que ven lo que veis!

Nuestra felicidad es el proyecto que quiere Dios para todos nosotros. Por eso se nos ha revelado para que podamos experimentar su amor. ¿Qué hace falta para que podamos seguir experimentándolo? Ser humildes.

El humilde es aquel que se reconoce pecador. Es aquel que siente necesidad de Dios. Es aquel que ha descubierto que sin Dios no es posible una verdadera y profunda felicidad.

Este día es una nueva oportunidad para conocer a Dios. Vivir la vida de una forma diferente. Sentir el amor de Dios siemore y así poder ser verdaderamente felices. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 10,21-24): En aquel momento, Jesús se llenó de gozo en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>