¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?

Dios muestra su presencia de diversas maneras. Muchas veces en las cosas más sencillas está la presencia divina. En el saludo de un amigo, en la corrección de un padre o en la enfermedad de un ser querido. En los momentos de alegría y tristeza, también se encuentra nuestro Señor. ¿Quién puede descubrir éstas presencias?

Aquel que tiene rectitud de intención y quiere, verdaderamente, conocer a Dios, seguro podrá descubrirle siempre presente en su vida. La gracia divina se revela en el corazón de alguien que tiene la suficiente apertura como para acogerle en su corazón.

¡Dios nos ama! Aprende a descubrir este amor en tu vida.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 12,54-59): En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: ‘Va a llover’, y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: ‘Viene bochorno’, y así sucede. ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo? ¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo».

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