Jesús vino a instaurar el reino de los Cielos aquí en la tierra. La gran ironía es que muchos han rechazado su mensaje y acción. Alguien viene a salvarte y tú rechazas el auxilio de aquel que te ama y quiere que vivas.
Dios permite muchos acontecimientos en nuestra vida. Algunos son rechazados por nosotros. Pensamos que el Señor se ha pasado y nos ha puesto a sufrir más de lo que podemos soportar. Todo lo que Dios nos da es bueno y santo. ¡Nunca dudemos de su amor!
Leer:
Texto del Evangelio (Mc 3,22-30): En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios». Entonces Jesús, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin. Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno». Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo».