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Hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola

Estamos siempre metidos en muchos afanes. La cantidad de cosas que tenemos pendientes en un día muchas veces sobrepasan nuestras posibilidades de cumplirlas. La vida es un solo “corre corre”.

Los seres humanos necesitamos priorizar nuestro tiempo. Es importante saber que es lo más importante en el día para dedicarle a eso la mayor de las atenciones. ¿Cómo podemos definir esta importante decisión?

Marta y María nos invitan hoy a poner toda nuestra vida en el Señor. ¿Cuál es la “mejor parte” que eligió María? Poner toda nuestra vida en manos de Dios. La palabra y la oración son caminos que conducen a la Vida. Sólo una cosa es necesaria: amar a Dios con todo el corazón, el alma y las fuerzas y al prójimo como a nosotros mismo.

Queridos hermanos y hermanas. Seamos fieles a la llamada de Dios. El quiere lo mejor para nosotros. Dejemos nuestro enfoque en las preocupaciones de este mundo. Dios provee y dará a cada uno lo oportuno. Tú en cambio pon todo tu corazón en Él.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 10,38-42): En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada».

Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas

La vida está llena de afanes y agitación. Todos los días nos toca “echar pa’lante” en medio de exigencias y desafíos. Así es la vida.

Los niños a la escuela y sacar buenas notas, los jóvenes a la universidad, los adultos al trabajo y los más viejos lidiar con sus enfermedades y achaques. A todos nos toca algo de esta agitada vida.

Esto es parte de “trabajar con el sudor de tu frente” de que habla la escritura. Realidad querida por Dios y deseada por todos los que no queremos tener a un “vago” al lado que tengamos que mantener y soportar. Parece ser el caso de Marta.

Jesús no quiere hablar mal de la actitud diligente y servicial de Marta. El punto de la escritura no es ese. Lo que se pretende es hacer más relevante la posición asumida por María. Ella ha elegido la mejor parte, la más necesaria: “escuchar la palabra de Dios”.

En el lenguaje bíblico, “escuchar” no sólo significa oír. Esta palabra es mucho más profunda. Quiere decir “poner en práctica lo oído”. También hace referencia a la contemplación de las maravillas de Dios presentes en la creación, la historia humana y en nuestra vida particular. Esa contemplación sólo es posible bajo la luz de su palabra. El que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica es “su madre, hermano y hermana”.

En medio de los afanes de hoy y de esta vida siempre agitada, encontremos momentos donde podamos hacer la experiencia de María: escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica. Si estás leyendo este mensaje, ya has comenzado con buen pie. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 10,38-42): En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada».