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El que quiera llegar a ser grande entre vosotros

Actualmente, vivimos tiempos en los que todos quieren ocupar los primeros lugares. La gente quiere fama, poder y dinero. Necesitan ver realizadas sus vidas en un éxito al estilo mundano. Se piensa que el honor en nuestra vida depende de un puesto. ¡Gran error!

Jesús nos invita a vivir en la verdad de la vida espiritual. Los cristianos tenemos un llamado claro y sencillo: servir. El servicio es ocupar el último lugar y procurar el bien de todos. Ojalá pudiéramos hacer lo propio en cada aspecto de nuestras vidas. ¿Se imaginan un país donde los poderosos busquen servir? Oremos

El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir

Siempre lo mismo. Los seres humanos buscamos realizarnos en este mundo. Nos trazamos metas y objetivos que queremos lograr en nuestra vida terrenal y nos aferramos a eso. Buscamos poder, fama y dinero a toda costa pensando que eso es felicidad. Dirían algún amigo bromista: “eso no da felicidad pero contribuye mucho a ella”.

Los discípulos de Jesús se ven sometidos a las mismas tentaciones. Hasta el punto de que dos de ellos estuvieron “cabildeando” posiciones para estuvieran en el Reino de Jesús. Que tremendos son estos. Los demás apóstoles se molestaron por tanta ambición de poder y puesto. 

Esta historia se repite en todos los escenarios de la vida humana. En lo político, social, económico y hasta religioso siempre hay una “buscadera” por posiciones y prebendas. 

Jesús da una clave para vivir cristianamente esta realidad que nos supera. No busquemos puestos, mejor busquemos servir. Si esto se da en el matrimonio, trabajo, iglesia y en los otros espacios en que pudiéramos estar, habría siempre comunión perfecta. 

Recuerda: “el que no vive para servir no sirve para vivir”

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 10,32-45): En aquel tiempo, los discípulos iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará». 
Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron: «Sí, podemos». Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado». 
Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».

El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor

Las librerías están llenas de obras que tratan sobre la superación personal. Diversos autores escriben desde como hacerse millonario hasta como ser líder en 21 días. En este tiempo mas que nunca existe el afán de lograr fama y dinero en este mundo. Somos invitados a ocupar los “primeros lugares” de la sociedad. Esto es propio de la naturaleza humana.

En las escrituras vemos también situaciones similares. La madre de unos de sus cercanos piden puestos. Cualquier parecido con la vida real es pura casualidad….

¿Qué dice el Señor? Que busquemos los últimos puestos. ¿Estás dispuesto a servir (ocupar el último lugar) en el matrimonio, la familia, el trabajo y cualquier ambiente en que estés? Si tu respuesta es si, estás en el camino de la cuaresma y de la Pascua.

¡Ánimo! Romper esquemas es lo propio del cristiano. Dar testimonio de amor y verdad es nuestra misión.

Leer:


Texto del Evangelio (Mt 20,17-28): En aquel tiempo, cuando Jesús iba subiendo a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de Él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará».


Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?». Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?». Dícenle: «Sí, podemos». Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre».


Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».