Archivo de la etiqueta: sanedrín

Vengo de Él y Él es el que me ha enviado

Las autoridades y personalidades de Israel, en sentido general, no le reconocieron como el Cristo. Sus enseñanzas eran extrañas en los oídos de aquellos que no tienen el discernimiento y la apertura necesaria. Lo cierto que es que le mataron porque amenazaba sus esquemas y estilo de vida. ¿Podemos caer en esta misma trampa?

Si hoy no aceptamos nuestra historia o mantenemos algún tipo de odio o rechazo contra alguien, estamos rechazando a Jesús. Cuando hablamos mal de alguien o preferimos los bienes materiales a los espirituales, estamos rechazando a Jesús. Cuando deseamos la mujer de nuestro prójimo o mentimos, estamos rechazando a Jesús. En definitiva, si hoy no queremos convertimos, cerramos nuestro corazón y rechazamos el amor y perdón que se nos da gratuitamente en Jesús.

El que ve a Jesucristo ve el amor de Dios manifestado en alguien dispuesto a morir por los malvados y pescadores. ¡Ánimo! Dios te ama y quiere lo mejor para nosotros. Hoy es tu día, el día de la conversión a lo Señor.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 7,1-2.10.14.25-30): En aquel tiempo, Jesús estaba en Galilea, y no podía andar por Judea, porque los judíos buscaban matarle. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Después que sus hermanos subieron a la fiesta, entonces Él también subió no manifiestamente, sino de incógnito.

Mediada ya la fiesta, subió Jesús al Templo y se puso a enseñar. Decían algunos de los de Jerusalén: «¿No es a ése a quien quieren matar? Mirad cómo habla con toda libertad y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido de veras las autoridades que éste es el Cristo? Pero éste sabemos de dónde es, mientras que, cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es». Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: «Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que me envió el que es veraz; pero vosotros no le conocéis. Yo le conozco, porque vengo de Él y Él es el que me ha enviado». Querían, pues, detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.

¡Cristo ha resucitado!

¡Cristo ha resucitado! Es el grito que hoy toda la Iglesia anuncia al mundo entero. Hemos celebrado que nuestro Señor Jesús entró en la muerte de cruz y no se quedó vencido, antes bien, de la muerte ha salido victorioso y ha resucitado de entre los muertos. Este es el centro de la Fe cristiana. ¿Por qué?

En este Misterio Pascual de nuestra Resurrección se hace concreto lo que Jesús anunció en su vida mortal: el amor de Dios. Nuestro Padre Celestial ama tanto al ser humano, si creatura, que jamás nos dejará en la “muerte” de nuestros pecados y sufrimientos. Ha enviado a Jesús para mostrarnos el camino de la vida y nos muestra cual es. Este camino consiste en amar a nuestro prójimo incluyendo nuestros enemigos.

Era necesario que Dios en Jesús mostrarse su naturaleza. Dios nos quiere dar vida eterna en Jesús. Hacernos verdaderos resucitados. Que todos los días experimentamos que Jesús vence nuestra muerte con su muerte y con su resurrección nos introduce en una vida nueva, en la vida inmortal.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 28,8-15): En aquel tiempo, las mujeres partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!». Y ellas se acercaron a Él, y abrazándole sus pies, le adoraron. Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». 


Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados, advirtiéndoles: «Decid: ‘Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros dormíamos’. Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos complicaciones». Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión entre los judíos, hasta el día de hoy.