Un tesoro escondido

Cuando uno vende algo para comprar otra cosa es porque considera que el objeto de la compra tiene un valor superior a lo que vendió. Así sucede con nuestra vida y la vida que se nos ofrece en Dios.

Nos apegamos a tantas cosas en este mundo. La fama, el dinero, los afectos, los bienes materiales; en fin, de todas las cosas buenas que Dios nos ha creado tenemos la inclinación, fruto del pecado, a convertirlas en nuestros ídolos. Pero, ¿qué cosa realmente nos da la felicidad verdadera y plena?

Hay en nuestra alma un tesoro escondido y existe en nuestro vida una perla fina que vale mucho más que todo lo que tenemos o podamos conseguir. Esto que nos ofrece Dios de gran valor es el mismo Jesús que se nos da gratuitamente y quiere que experimentos al nivel más profundo que se puede experimentar su inmenso amor.

¡Ánimo! Ve y vende todo lo que tienes. ¡Vale la pena! Todo pasa y muda en este mundo. Solo el amor de Dios es eterno y sacia profundamente nuestra sed de felicidad y vida.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 13,44-46): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.
»También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra».

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