Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas

La vida está llena de afanes y agitación. Todos los días nos toca “echar pa’lante” en medio de exigencias y desafíos. Así es la vida.

Los niños a la escuela y sacar buenas notas, los jóvenes a la universidad, los adultos al trabajo y los más viejos lidiar con sus enfermedades y achaques. A todos nos toca algo de esta agitada vida.

Esto es parte de “trabajar con el sudor de tu frente” de que habla la escritura. Realidad querida por Dios y deseada por todos los que no queremos tener a un “vago” al lado que tengamos que mantener y soportar. Parece ser el caso de Marta.

Jesús no quiere hablar mal de la actitud diligente y servicial de Marta. El punto de la escritura no es ese. Lo que se pretende es hacer más relevante la posición asumida por María. Ella ha elegido la mejor parte, la más necesaria: “escuchar la palabra de Dios”.

En el lenguaje bíblico, “escuchar” no sólo significa oír. Esta palabra es mucho más profunda. Quiere decir “poner en práctica lo oído”. También hace referencia a la contemplación de las maravillas de Dios presentes en la creación, la historia humana y en nuestra vida particular. Esa contemplación sólo es posible bajo la luz de su palabra. El que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica es “su madre, hermano y hermana”.

En medio de los afanes de hoy y de esta vida siempre agitada, encontremos momentos donde podamos hacer la experiencia de María: escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica. Si estás leyendo este mensaje, ya has comenzado con buen pie. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 10,38-42): En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada».

Un pensamiento en “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas

  1. P. José Agustin Baldera

    También está relacionado con el Shemá: Escucha Israel, porque por escuchar se aprende a Amar a Dios y al prójimo, escuchar es conocer la naturaleza de Dios, su esencia, su sustancia (que es Amar).
    Además se relaciona con María la Virgen que escuchó el anuncio del Ángel y dijo que se cumpla en ella según su palabra y por escuchar y acoger concibió la vida divina en ella, al mismo Cristo hijo de Dios.
    Otra relación es con lo que dice San Pablo: “que la Fe entra por el oído,” por escuchar, es decir que la experiencia profunda de Dios en nosotros, de vida divina, de resurrección se da en nosotros por escuchar la palabra.

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