El pan que yo le voy a dar es mi carne por la vida del mundo

¿Por qué vivimos la cincuentena pascual de eucaristía en eucaristía? Porque necesitamos alimentarnos todos los días de pan del cielo que es el cuerpo de Cristo.

Así como necesitamos hacer las tres comidas diarias; ingerir suficientes nutrientes, vitaminas, proteínas y carbohidratos para tener un día sano y feliz, asimismo necesitamos todos los días comer del pan de su amor y misericordia.

Pedimos en la oración del Señor, el llamado Padre Nuestro, que Dios nos de “el pan nuestro de cada día”. Sin su pan nunca podremos tener vida eterna. ¿Quieres de ese pan que sacia el alma? Pídeselo al Señor. Él te lo quiere dar. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 6,44-51): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».

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