No es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños

La misericordia de Dios es eterna y, podríamos decir, inexplicable. ¿Cómo es posible que alguien deje el 99 por ciento de lo que tiene para recupera solo el 1%? La lógica humana no entra dentro de esquemas humanos.

La naturaleza de nuestro Dios, mostrada en en Jesús, es amar a todos y todas, especialmente a las ovejas descarriadas. No ha venido por los sanos, si no por los enfermos. Ha venido a salvar, y no condenar. Entonces, ¿Por quién vino el Señor Jesús? Por ti y por mí.

Somos la oveja descarriada. Somos los enfermos. Somos los que necesitamos experimentar todos los días el amor de Dios. Este tiempo de adviento es momento propicio para hacer la voluntad de Dios y abrir nuestro corazón al amor. ¿Alguna vez as experimentado el perdón? Si te falta vivir esta experiencia, espera en el Señor, que podrás alabarlo.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 18,12-14): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños».

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