No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento

Jesucristo no vino a destruir lo antiguo. Lo que ha hecho es dar sentido pleno a todo. Su lucha no es contra personas o religiones. Su propuesta se basa en el amor y es una invitación a cumplir fielmente los mandatos del Señor con la ayuda de su gracia.

Nuestra vida depende de la realización plena del proyecto de Dios en nuestra vida. ¿En qué consiste eso? En amar como Dios nos ha amado. Esa es la ley más importante. No puede haber otra realidad. Estamos siendo invitados al amor de nuestra familia, vecinos, compañeros de trabajo.

La ley no es un conjunto de preceptos externos que cumplimos para el mundo vea lo “buenos” que somos. La ley es AMAR. ¿Tú amas? ¿Pides perdón? ¿No murmuras ni chismeas? Pidamos a Dios ayuda para que su ley de amor se realice en nosotros. En esto consiste la felicidad. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 5,17-19): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos».

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