Quien pierda su vida por mí, ése la salvará

El apego a las cosas materiales es una norma para los hombres y mujeres de este tiempo. Estamos bombardeados de una gran cantidad de mensajes publicitarios que moldean nuestras costumbres, valores y comportamientos. Parecería que lo más importante en la vida tener mucho dinero y bienes de lujo.

El camino del cristianismo es distinto. Sin satanizar las riquezas, se nos invita a tener una relación libre con ellas. Se nos hace ver y experimentar que lo más importante en ganar la vida que nos viene de Dios. Ella solo se obtiene mendicante la renuncia sincera y profunda a todo lo que nos ata y esclaviza.

Seamos fieles a Dios. Aceptemos la historia que ha permitido en nuestra vida. Busquemos la vida donde verdaderamente está. Solo así seremos felices. Solo así alcanzaremos vida eterna.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 9,22-25): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día». Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?».

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>