y le siguió una gran muchedumbre de Galilea

La muchedumbre seguía a Jesús. ¿Qué buscaban en Él? Muchos eran curados de sus dolencias. La multitud veía que el Señor daba y cumplía su palabra. ¿Por qué realizaba estos milagros?

Ciertamente, así como muchos son curados de sus dolencias físicas, otros no lo son. Es decir, que en ese misterio divino, hay algunas personas en las que se permite la enfermedad para un fin que solo Dios sabe. Esto ilumina un aspecto importante de la misión de Jesús aquí en la tierra.

Los milagros físicos de Jesús tienen el fin de mostrar su naturaleza. Nosotros estamos llamados a tener un encuentro con Dios que sana nuestros corazones a través de Jesús. Y en ese encuentro, descubrir el amor inmenso que Dios nos tiene y que todo lo que permite en nuestra vida es para nuestro bien, aunque sea alguna enfermedad.

Bendigamos a Dios siempre. En todo momento, podemos elevar los ojos al cielo y saber, con toda certeza, que Él nos ama. Créetelo, ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 3,7-12): En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a Él. Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran. Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero Él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.

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