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Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos

Hemos conocido predicadores que tienen el don de sanación, que quiere decir que curan las enfermedades a través de la gracia que viene de Dios. Muchas son las personas que han sido liberadas de una dolencia física por la fuerza del Espíritu Santo. ¿Existe alguna otra liberación que Dios realiza en nosotros?

En el mundo hay muchas personas mudas y sordas. Esto no hace referencia a algún tipo de discapacidad física. Lo que quiero decir es qué hay personas que no pueden escuchar la voz de Dios que se comunica a través de diversos hechos. Tampoco pueden hablar de lo bueno que es Dios porque no han visto ni oído sus maravillas.

Pidamos a Dios que nos cure de la sordera y mudez espiritual. Que nos de la gracia de ver, oír y hablas las maravillas divinas. Que podamos gritar al mundo entero que Él nos ama y transforma nuestras vidas. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 7,31-37): En aquel tiempo, Jesús se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: “¡Ábrete!”.

Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

«Effatá», que quiere decir: “¡Ábrete!”

En la iglesia de los primeros siglos existían una institución llamada catecumenal. Esta era el proceso de iniciación cristiana a través de la cual se ayudaba a los hombres y mujeres que quería ser bautizados a experimentar la Fe cristiana. Con fases y ritos se iniciaban a los paganos en la Fe.

Los paganos, símbolo de lo que todos hemos sido, tenia sus situaciones y pescados. Para poder ser bautizados tenían que demostrar que habían renunciado a sus ídolos y constumbres de pecado y que acogía a Jesucristo en sus vidas. Esto debían confesarlo públicamente en un rito especial.

Los mudos son aquella que no pueden hablar. También existe muchas veces una mudez espiritual. Nosotros hemos estado. Y has veces padeciendo situacioes de mude espiritual. Estamos murmurando en la historia y de nuestra boca no salen palabras de bendición. Dios en Jesús abre nuestra boca y nos hace bendecirle. Decirle a todo el mundo las maravillas que Dios ha hecho en nuestra vida.

¡Ánimo! Tú lengua ha sido “desatada” para que podamos hoy y siempre bendecir al Señor. Esta es la clave de nuestra felicidad.

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 7,31-37): En aquel tiempo, Jesús se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: “¡Ábrete!”.

Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

Effatá

Dios lo ha hecho todo bien. Vemos la naturaleza, contemplamos el universo y las maravillas de la creación, y todos, creyentes o no, debemos reconocer que tanta perfección y belleza solo puede tener un autor divino. Alguno se preguntará que de ser esto así, ¿por qué existe enfermedad y sufrimiento?

Ciertamente, el mal y la muerte no son inversiones de Dios. Es decir, es del corazón del hombre donde se da la inclinación al mal. La enfermedad es solo un síntoma o manifestación física de esta realidad. 

Es por eso que, cuando a Jesús le presentan a un sordo y lo sana, inmediatamente sus labios, boca y cuerdas vocales proclaman la verdad: que el Señor lo ha hecho todo bien.
Hoy somos invitados por Jesús ha estar abiertos a su acción. Pidamos a Dios que nos conceda el don del habla para proclamar las maravillas que Él ha realizado en nuestra vidas. Vivíamos la bendición de Dios. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 7,31-37): En aquel tiempo, Jesús se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: “¡Ábrete!”. 

Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

Effatá

El tema de la discapacidad adquiere una importancia creciente en nuestra época. Las sociedades modernas diseñan ciudades, programas de asistencia e implementan programas de ayuda tomando como centro las personas con discapacidad. La sordera es una de las discapacidades más extendidas y también es tema del mensaje evangélico de Jesús.

Las escrituras hablan de un sordo al cual Jesús curó. Un milagros ciertamente pero que tiene una significación mucho más profunda. La falta de habla o escucha es símbolo de una realidad existencial que nos afecta a todos y todas.

En nuestra vida hemos padecido sordera y mudez en el sentido espiritual. No hemos podido escuchar a Dios que nos habla todos los días… SI… ¡Nos habla todos los días! Algunos no sabemos o no hemos sabido escuchar a Dios que dialoga con nosotros en la historia a través de los acontecimientos de la vida. El Señor nos habla a través de la enfermedad o un ascenso en el trabajo, nos quiere decir algo en la humillación o en el reconocimiento, nos invita a convertirnos cuando las seguridad afectivas del prójimo nos falla, en fin, él está hablando y no escuchamos.

Cuando alguien no escucha tampoco puede hablar. El lenguaje se aprende gracias a que podemos oír. Por eso sin discapacidades muy relacionadas. Esa es la razón por la que muchas veces en lugar de bendecir a Dios por algo que nos pasa lo que hacemos es maldecir. La clave de la alabanza está en saber descubrir a Dios en todos los aspectos de nuestra vida.

Hay una palabra que Dios quiere que escuches hoy y esa es que ¡TE AMA! Amarte es su esencia y quiere que “escuches su voz” todos los días para que también puedas proclamar sus alabanzas, amores y bendiciones. ¡Qué bueno es Dios! El da sentido a nuestra vida y nos promete siempre un futuro mejor: la vida eterna.

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 7,31-37): En aquel tiempo, Jesús se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: “¡Ábrete!”.

Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».