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¡Ánimo!, que soy yo; no temáis

No dudemos del amor de Dios. El Señor nos libra siempre de todos los peligros del alma. Nos salva de la muerte y nos conduce por caminos de paz y misericordia. ¿Te lo crees?

Un día, la barca estaba en medio del mar agitada violentamente por las olas. Los discípulos que ocupaban el navío se sentían morir. Estaban muertos de miedo. Jesús increpó los vientos y todo se calmó. De la misma manera él tiene poder de apaciguar nuestra alma. Jesús nos invita a tener ánimo. Él siempre está presente en medio de nuestros sufrimientos y nos da consuelo.

¡No tengamos miedo! Nuestro Señor nos libra de todo peligro. Cuida de nosotros y nos conduce hacia aguas tranquilas. Dios nunca dejará que nos perdamos en la oscuridad del mal. Te Avalos fe y apoyemos nuestra vida en él. Bendiciones.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 14,22-36): En aquellos días, cuando la gente hubo comido, Jesús obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba solo allí.

La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino Él hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Ánimo!, que soy yo; no temáis». Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas». «¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!». Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?». Subieron a la barca y amainó el viento. Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios».

Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le presentaron todos los enfermos. Le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaron salvados.

Cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación

¡Ánimo! Vivamos alegres porque ya viene el Señor a salvarnos de todas dolencias y sufrimiento sin sentido. Esa es la promesa que cumple Cristo hoy. Es lo que nos ofrece en cada momento. Dios nos ama y quiere nuestra felicidad. ¿La quieres?

Deja tu apego a los bienes materiales. Abandonemos nuestras prácticas de pecado. Estemos en comunión de amor con todos y con todo. Ese es el camino de la vida eterna que nos ofrece nuestro Padre Dios. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 21,20-28): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito.

»¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».

Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza

Muchas personas tienen miedo de hablar sobre la muerte. Les parece que eso podría ser lo peor que le sucediera. Es como si al mencionar la posibilidad de morir estaríamos acercando dicho acontecimiento. ¿Qué debe sentir un cristiano al respecto?

Los cristianos hemos experimentado que la muerte ha sido vencida. Tenemos la seguridad de existe el cielo y que nuestra vida no acaba con la muerte física. Tenemos la certeza de las de un futuro mejor. ¿Por qué tener miedo?

Veremos señales que indicaran que el fin de acerca pero nosotros no tendremos miedo porque sabemos que Dios nos ha preparado una morada celeste donde descansaremos con Él para siempre.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 21,20-28): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito.

»¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».

¡Ánimo!: yo he vencido al mundo

Cuando la escritura se refiere al mundo de habla de nuestra existencia física. Esto quiere decir que Dios nos llama a una vocación espiritual que se debe vivir en un mundo físico. ¿Qué tenenemos que hacer con respecto a esto?

Vivir es enfrentar las situaciones que se presentan en nuestra vida. Las enfermedades, el cansancio, las humillaciones y situaciones contrarias a nuestro querer son comunes en la vida de cualquier ser humano. La existencia humana está marcada por diversas situaciones que nos llevan al desánimo o a la duda.

Buscamos en la religión refugio. Pensamos que teniendo mediante devociones a Dios de nuestro lado podemos evitar lo inevitable. La vida es eso. Lo que Dios ha querido que sea.

Jesús, nuestro Señor, ha dicho que ¡ÁNIMO! Que es verdad que tendrás pruebas pero que él HA VENCIDO AL MUNDO. Confía en Él. Nada malo pasará. Para los que confían en el Señor TODO obra para bien. 

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 16,29-33): En aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús: «Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios». Jesús les respondió: «¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo».