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Mujer, quedas libre de tu enfermedad

La enfermedad física muchas veces en la escritura es símbolo de un mal mayor. Jesús utilizaba el milagro físico para anunciar un milagro mayor: el moral. El Señor muestra su poder a través de las curaciones que realizaba. Esta actuación del Señor también es para nosotros.

En tiempos de Jesús había mucho que se apegaban a la ley. Eran aquellos que pensaban que con cumplir una serie de normas y procesos se hacía la voluntad de Dios. El Señor cambia eso y con autoridad pone énfasis en lo que realmente es importante: el amor.

Hoy es un buen día para hacer carne el mensaje de salvación de Jesús. Saber que Dios tiene el poder de “enderezar” nuestra vida. Hacerla nueva mediante el poder de sanación que actúa mediante su hijo Jesús.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 13,10-17): En aquel tiempo, estaba Jesús un sábado enseñando en una sinagoga, y había una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno enderezarse. Al verla Jesús, la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios. 
Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía a la gente: «Hay seis días en que se puede trabajar; venid, pues, esos días a curaros, y no en día de sábado». Le replicó el Señor: «¡Hipócritas! ¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar? Y a ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado?». Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban confundidos, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía.

Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen

Jesús hablaba con una autoridad superior a la del mundo. Muchos líderes nos gobiernan y disponen sobre nosotros con una autoridad delegada. En cambio, el Señor tiene la autoridad que viene de su condición divina. Él es el hijo de Dios hecho hombre. ¿Por qué dudas de Él?

Muchos de ustedes que leen estas líneas puede ser que estén triste o atormentados por algún conflicto o problema particular. Piensan que nadie puede ayudarles. Hoy es bueno que sepas que Jesús tiene el poder y autoridad de sanarte, curarte, expulsar esos “demonios” que te hacen creer que tu vida no tiene futuro. 

¡Ánimate! Que la palabra de Jesús tiene poder de devolverte la vida y la alegría perdida. Dios te ama y te cuida siempre.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 4,31-37): En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces: «¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús entonces le conminó diciendo: «Cállate, y sal de él». Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: «¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen». Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.

¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad!

La palabra de Jesús tenía fuerza y poder. Con solo un gesto o palabra cambiaba la vida de la gente. Su fama se extendió por toda la Región de aquel tiempo.

Vivimos actualmente en un mundo sin autoridad. Los jóvenes no respetan a los mayores, los mayores olvidan la tradición, las instituciones son atacadas y difamadas, se pierde el respeto a la sabiduría y al vivir bien según reglas y normas. Parece que la palabra libertad significa hacer lo que quieras con tu vida. Lamentablemente eso no conduce a nada bueno.

Jesús tenía una legitimidad inquebrantable porque encarnaba en su vida lo que su palabra predicaba. Él es la encarnación del Amor de Dios y por tanto cuando hablaba sus palabras sanaban, resucitaban y cambiaban la vida de todos aquellos que le escuchaban. Esa es la AUTORIDAD de Jesús. Amor convertido en acción. ¿Lo has experimentado en su vida?

La Iglesia, cuerpo visible de Cristo, tiene autoridad sobre nosotros y sobre los hombres y mujeres de este tiempo porque su palabra, que es en definitiva la Palabra de Dios, cambia el corazón de las personas, las hace mejores, les devuelve el sano juicio y les hace felices.

¡Ánimo! Dios te ama y quiere que tengas vida! Abre tu corazón a su palabra, a su autoridad.

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 1,21-28): Llegó Jesús a Cafarnaum y el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.

Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.

¿Con qué autoridad haces esto?

En estos días los cristianos de República Dominicana hemos librado una gran batalla. Los ataques han sido sistemáticos y muchas veces dolorosos. Nos acusan de que nos “inmiscuimos” en temas que no son nuestros. Dicen: “este no es un tema religioso”.

También a Jesús intentaron descalificar. No hay persecución, ataque o sufrimiento que Jesús no haya vivido primero. Él ha sido el primero en recibir y sufrir en su carne la incomprensión de la gente. Él se constituye así en el camino que debemos seguir. ¡Él es la verdad y la vida!

Que nos dicen que somos estúpidos, ignorantes, fanáticos y locos; bendito sea el Señor.

Que nos cuestionan y nos impiden hablar de la vida; bendito sea el Señor.

Que nos piden que no nos metamos en las cosas de este mundo y nos obligan a relegarnos al ámbito espiritual; bendito sea el Señor.

Si en aquel tiempo quisieron “desautorizar” a Jesús… Imagínate que van hacer hoy con nosotros. ¡ANIMO! Sigamos la lucha en favor de la vida, con amor y respeto a todos y todas.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 21,23-27): En aquel tiempo, Jesús entró en el templo. Mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?». Jesús les respondió: «También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?». Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: ‘Del cielo’, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’. Y si decimos: ‘De los hombres’, tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta». Respondieron, pues, a Jesús: «No sabemos». Y Él les replicó asimismo: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad

La policía, los militares y las estructuras religiosas inspiran autoridad. Con sólo contemplar un uniforme junto con elementos de defensa o ataque ya estamos en atención, esperando obedecer órdenes o seguir reglas. Estas son las características de la autoridad según el mundo. ¿Es la misma autoridad que se reconoce en Jesús?

Jesús tiene autoridad porque sencillamente habla y su palabra se cumple. Cuando Jesús predica produce un efecto concreto en las personas que escuchan. Con sólo escuchar su voz, demonios y malos espíritus quedan aterrorizados.

En el mundo hace falta este tipo de autoridad. La palabra de un ser humano se ha ido desprestigiando. Nuestros líderes hablan y nadie cree que van a cumplir lo que dicen. Esto es una pena, una decepción.

Jesús tiene autoridad porque con su palabra provoca acciones concretas de liberación y curación. El poder de su palabra produce un cambio profundo en los corazones de las personas. La sabiduría que sale de su boca se realiza en hechos y obras. Esta es la VERDADERA autoridad.

Reconozcamos en Jesús su autoridad sobre nosotros. Nos mandan los gobernantes, policías, jefes, padres y hasta uno que otro amigo. Jesús tiene autoridad sobre nosotros porque con su doctrina y obras, nos AMA. Expulsa los demonios y cura a los enfermos. Esa es la VERDADERA autoridad.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 4,31-37): En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces: «¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús entonces le conminó diciendo: «Cállate, y sal de él». Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: «¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen». Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.