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¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida!

Los santo es de Dios. Todo lo contrario, es del demonio. El camino de Dios nos lleva a la vida, otros caminos nos conducen a la perdición. Tú eres los más precioso para Dios. No quiere perderte entre las suciedades que pueden presentarse en la vida.

La puerta estrecha es la cruz. Es la aceptación de la historia con todas sus dificultades. Es la transformación profunda de nuestro ser que nos permite bendecir en todo momento. Es la renuncia a todo lo que nos impide vivir bien.

Entremos por la puerta estrecha. Aceptemos nuestra cruz. Escoger a Dios es acogernos a la vida. ¡Ánimo!

Leer:

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».

Palabra del Señor.

¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios?

Los seres humanos muchas veces vivimos como prisioneros. Tenemos muchas esclavitudes espirituales. Estamos apegados a las cosas materiales, tenemos en nuestro corazón resentimiento y odio a personas, nos afectan complejos y temores; en fin, hay muchas cosas que nos hacen sufrir, sentirnos al menos o nos limitan en el amor y la vida.

La buena noticia es que Dios conoce tus problemas, enfermedades y esclavitudes. Él ha enviado a su único hijo Jesucristo a liberarnos de todo mal que nos afecte. El Señor Jesús tiene poder de expulsar de nuestra vida todos los demonios y hacer nos libres. Solo necesita de nuestro si, de nuestra apertura de corazón, que deseemos firmemente ser liberados.

Acoge hoy al Señor en tu corazón. Todos necesitamos ser liberados. Él tiene tiene el poder de hacerlo. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 8,28-34): En aquel tiempo, al llegar Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?». Había allí a cierta distancia una gran piara de puercos paciendo. Y le suplicaban los demonios: «Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos». Él les dijo: «Id». Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas. Los porqueros huyeron, y al llegar a la ciudad lo contaron todo y también lo de los endemoniados. Y he aquí que toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase de su término.